Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante.
Estoy seguro de que los sufrimientos por los que ahora pasamos no son nada, si los comparamos con la gloriosa vida que Dios nos dará junto a él.
Dios no nos ofrece la esperanza de alcanzar glorias y riquezas terrenales, de vivir una vida libre de pruebas o procesos. Por el contrario, nos llama a seguirle por el camino de la abnegación y la humildad.
“Bien sabemos que todo el que desee…