Pensar en el cuido de Dios y en su protección me hace sentir una paz increíble, leer en su Palabra que Él personalmente nos cuida y nos protege y sobre todo que esta siempre a nuestro lado, me conforta.
Y es que a veces en la vida se nos presentan momentos de esos que no quisiéramos experimentar, situaciones de esas que quisiéramos obviar y pasar a la siguiente, pero eso no se puede hacer, cada uno de nosotros nos tocará enfrentarnos a muchas situaciones que ameritaran que tengamos la plena convicción y certeza que Dios está a nuestro lado.
A veces nos encontramos con momentos en donde hemos querido renunciar, pero Él no nos suelta y él pone todo en orden y nos tranquiliza.
No somos las personas más fuertes, pero Dios nos hace fuerte, ¿Cómo le hace?, no lo sé, porque si por nuestras fuerzas fuera, hace tiempo nos Hubiésemos rendido, pero Él hace que cada vez que queremos rendirnos, nos arrepintamos y volvamos a intentarlo.
La Biblia dice: “Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra” Salmos 121:1-2 (Traducción en lenguaje actual)
Al leer ese pasaje puedo dar fe total que es cierto, ¿De dónde viene nuestra ayuda?, Nuestra ayuda siempre vino, viene y vendrá de Dios.
Amados hermanos, no importa que tan difícil sea lo que en este momento estés experimentando, tienes que estar seguro que Dios esta de tu lado, aun cuando tu mente se reusé a creer que todo saldrá bien, no tienes porque desconfiar, pues quien realmente controla todo es Dios mismo.
Su Palabra nos dice:
“Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme. ¡Dios cuida de Israel, y nunca duerme! Dios te cuida y te protege; Dios está siempre a tu lado. Durante el día, el sol no te quemará; durante la noche, no te dañará la luna. Dios te protegerá y te pondrá a salvo de todos los peligros. Dios te cuidará ahora y siempre por dondequiera que vayas”.
Salmos 121:3-8
Hoy es un buen día para recordar su cuido y protección, para hacer memoria de que Dios siempre nos ha cuidado, por lo tanto, esta vez no será la excepción.
La protección de Dios nos acompaña todos los días a donde quiera que vayamos, somos propiedad suya, le pertenecemos y por lo tanto vela por nosotros, ¡Él tiene cuidado de nosotros!