En una ocasión, dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba.
Los dos charlaban durante horas, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver, un parque con un precioso lago, patos y cisnes que jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba este mundo exterior.
Una mañana, la enfermera entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo.
Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada. Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el mismo.
Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama… y se encontró con una pared blanca. El hombre se preguntó: ¿qué motivó a mi compañero para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana
La enfermera lo escuchó y le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó:
“Quizás sólo quería animarle a usted”
La empatía es la capacidad que tienes para saber captar y entender qué siente o piensa otra persona, e incluso ponerte en su lugar.
Ser empáticos puede parecer fácil. De hecho, muchas personas que creen poseer esta cualidad, consideran que es tan sencillo como escuchar lo que el otro nos dice. Pero la empatía no es solo esto. La empatía es animar, es vivir de tal modo que parece que tú mismo experimentaste lo que tal persona haya vivido.
Tenemos una enorme capacidad de transformar a las personas que tenemos cerca, de hacerlas felices, de conseguir que sientan ganas de vivir. Y no cuesta mucho. Es lo que hizo el protagonista de esta historia con sus narraciones imaginarias.
Te mando un abrazo y deseo que nunca te falte la empatía. Atte. Kike Sánchez.