En Romanos 4:18-19, el apóstol Pablo nos presenta un poderoso ejemplo de fe en medio de la adversidad, utilizando la vida de Abraham como modelo de esperanza contra toda esperanza. Estos versículos nos ofrecen una profunda reflexión sobre la naturaleza de la fe y su papel en nuestra vida cristiana.
El pasaje comienza con la declaración: “Esperando contra esperanza, creyó Abraham, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia” (Romanos 4:18). Aquí vemos a Abraham enfrentando una situación aparentemente imposible: él y su esposa Sara eran ancianos y no podían tener hijos. Sin embargo, a pesar de las circunstancias desfavorables y contrarias a toda lógica humana, Abraham mantuvo su confianza en la promesa de Dios.
La expresión “esperando contra esperanza” nos revela la naturaleza sobrenatural de la fe de Abraham. Aunque todo indicaba que era imposible que él y Sara tuvieran un hijo, Abraham se aferró a la promesa de Dios con firmeza y determinación. Su fe no se basaba en lo que veía u oía, sino en la fidelidad y el poder de Dios para cumplir Su palabra.
La fe de Abraham nos desafía a confiar en Dios incluso cuando las circunstancias parecen adversas y desalentadoras. Nos recuerda que el poder de Dios no está limitado por nuestras limitaciones humanas o por lo que parece imposible desde nuestra perspectiva limitada. Él es capaz de hacer mucho más de lo que podemos imaginar, y nuestra fe en Él nos capacita para enfrentar cualquier situación con esperanza y confianza.
El versículo 19 continúa diciendo: “Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara”. A pesar de las evidencias físicas que apuntaban a la imposibilidad de tener descendencia, Abraham no dudó en la promesa de Dios. No permitió que las limitaciones humanas o las circunstancias desfavorables minaran su fe en el poder de Dios.
Esta actitud de fe inquebrantable nos enseña una lección invaluable sobre la importancia de mirar más allá de nuestras limitaciones y circunstancias. Nos desafía a mantener nuestra confianza en Dios, incluso cuando todo parece ir en contra de lo que creemos o esperamos. La fe de Abraham nos inspira a perseverar en la esperanza, sabiendo que aquel que prometió es fiel para cumplir Su palabra.
En resumen, la historia de Abraham nos ofrece un testimonio poderoso de esperanza contra esperanza. Su fe inquebrantable en medio de la adversidad y la aparente imposibilidad nos desafía a confiar en Dios en todas las circunstancias. Que su ejemplo nos inspire a mantener nuestra confianza en el poder y la fidelidad de Dios, sabiendo que Él es capaz de cumplir todas Sus promesas, incluso cuando parece imposible desde nuestra perspectiva humana.
IZAMAR REYES