Desde la Alianza Evangélica de Rusia piden que se restauren las “relaciones de amistad entre la población”, y en Ucrania las iglesias han llamado “a orar y ayunar por la paz en nuestro territorio”.
“Cualquiera que atente contra nuestra seguridad se arrepentirá como nunca. La respuesta de Rusia siempre será rápida, asimétrica y contundente”, ha asegurado el presidente ruso Vladimir Putin durante su discurso sobre el Estado de la nación, este 21 de abril. Unas declaraciones pronunciadas después de una nueva escalada de las tensiones con la vecina Ucrania durante las últimas semanas, con movimientos de tropas y maniobras militares en el territorio fronterizo.
Según la Unión Europea, Rusia habría concentrado en los últimos días hasta 150.000 soldados en el territorio de Crimea limítrofe con Ucrania. “El riesgo de una mayor escalada es evidente. Una chispa puede saltar aquí o allá”, ha señalado el responsable de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell. El gobierno ruso ha anunciado en las últimas horas el repliegue de las tropas que había enviado a la frontera con Ucrania, per además de en lo militar, la confrontación entre ambos bloques también ha alcanzado el plano diplomático, con la expulsión diplomáticos checos y ucranianos por parte de Rusia, después de que estos países hiciesen lo mismo antes.
Gestos a los que, por si fuera poco, se suma la situación del opositor Alekséi Navalni, encarcelado desde principios de febrero y que mantiene una huelga de hambre desde hace tres semanas que ha deteriorado su salud, por la que también se ha desgastado la relación entre la Unión Europea y Rusia en las últimas semanas. “Rusia y la Unión Europea deben iniciar una conversación honesta sobre cuestiones de interés bilateral. Ucrania es un tema secundario. Nunca se resuelve un problema dedicando tiempo a temas menos importantes”, considera el director de la Red Global de Paz y Reconciliación de la Alianza Evangélica Mundial, Johannes Reimer.
La idea de un enfrentamiento armado no cala en los evangélicos de la zona
Aunque el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha invitado a Putin a reunirse “en cualquier lugar del Donbás” (la región donde la confrontación permanece estancada desde hace años), el discurso del mandatario ruso ante la Asamblea federal ha subrayado la visión de Moscú del conflicto ucraniano como una cuestión dentro de un problema mayor en cuanto a relaciones exteriores. “Vociferar sobre Rusia se ha convertido en un deporte. Nos comportamos con modestia y ni siquiera respondemos a las groserías. Queremos tener buenas relaciones. Pero nuestras buenas intenciones no deben verse como debilidades”, ha dicho Putin.
Para los evangélicos a uno y otro lado de la desdibujada frontera, la paz es una prioridad. “Personalmente, tengo una actitud negativa respecto a este conflicto”, explica a Protestante Digital el secretario general de la Alianza Evangélica de Rusia, Vitaly Vlasenko. Sin embargo, también matiza que “no puede hablar por todos los cristianos evangélicos de Rusia, ya que cada uno tiene su opinión en muchos temas”. “Tengo muchos deseos de que se restauren las relaciones amistosas entre la gente de nuestros países y que podamos vivir en paz y harmonía. Debemos hacer todo lo posible para reducir la tensión de las partes como resultado de la diplomacia del pueblo y de la iglesia, y elaborar un nuevo plan para un acuerdo de paz”, remarca Vlasenko.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski (a la izquierda de la imagen), ha ofrecido al presidente ruso Vladimir Putin (a la derecha) un encuentro en la región en conflicto del Donbass. / Twitter @Political_Room
El representante de la Alianza Evangélica de Rusia dice que la entidad “defiende la resolución pacífica de cualquier posible conflicto”. “Entendemos que el método militar para resolver cualquier desacuerdo trae dolor y sufrimiento a las personas involucradas en las hostilidades. Esperamos y tenemos la intención de hacer esfuerzos para la solución diplomática de cualquier reclamo mutuo entre pueblos hermanos. Cada día oro, e insto a los cristianos de Rusia y de Ucrania a hacerlo, por la pacificación de la situación, por la sabiduría de los políticos que participan en el proceso de negociación a ambos lados”, dice Vlasenko.
Desde Ucrania, el periodista y también cristiano evangélico Ruslan Kukharchuk, fundador de la Asociación Novomedia, explica que están preocupados por “la intensificación de la presencia militar rusa” en la frontera, que según sus datos ha causado la muerte de al menos diez soldados ucranianos solo en el mes de abril. Buscan “desestabilizar la situación en Ucrania” y “recordar el liderazgo de Rusia en la región”, opina. A pesar de la situación, apunta que, “durante las últimas dos semanas, casi todos los líderes evangélicos ucranianos han llamado a orar y ayunar por la paz en el país”.
Aunque en las últimas horas Moscú ha anunciado el repliegue de sus tropas movilizadas en la frontera, desde la Alianza Evangélica Mundial, Reimer insiste en recordar que la única solución viable para la Unión Europea a nivel sociopolítico pasa por la restauración de la paz con el gigante eurasiático. “La Unión Europea no está preparada para una acción militar. Nuestra debilidad proviene de la propia construcción política que rara vez nos permite movimientos conjuntos. Una Unión Europea que no es capaz de resolver el problema de los refugiados, obviamente no sabrá cómo enfrentarse a un ejército ruso bien entrenado y experimentado de 150.000 soldados”, declara. “Ucrania es un Estado fronterizo y territorio canónico de la Iglesia Ortodoxa. Rusia nunca renunciará a algún tipo de control. La Unión Europea trata de asegurar sus fronteras en el Este apoyando a un Estado fronterizo”, añade.
¿Qué hay de las relaciones entre evangélicos rusos y ucranianos?
A pesar de los deseos recíprocos de paz, los evangélicos rusos y ucranianos coinciden en que las relaciones mutuas ya se han visto afectadas. “Los evangélicos en Ucrania han mantenido relaciones con sus hermanos y hermanas en Rusia. Pero la participación pública de pastores y predicadores rusos en Ucrania es algo que raramente ocurre ahora. Lo mismo pasa con los representantes de las iglesias ucranianas en Rusia”, explica Kukharchuk.
Desde Rusia, el secretario general de la Alianza Evangélica nacional puntualiza que “los conflictos no son inequívocamente malos” pero que no estaban “preparados para lo que ha sucedido”. “Debemos ver este desafío como una prueba que podemos superar buscando al Señor y mostrando amor, misericordia y compasión unos con otros. Seguiremos intentado establecer lazos horizontales entre los pueblos de Rusia y Ucrania, entre las iglesias y misiones. Dios no tiene nacionalidades, sino que todos somos ciudadanos del reino de los cielos. Debemos recordar esto al dialogar”, defiende Vlasenko.
La pandemia, el otro conflicto permanente
El actual es el mayor aumento de las hostilidades entre Rusia y Ucrania desde la llegada de la epidemia del coronavirus al continente europeo. El impacto de la pandemia en la población (Ucrania con más de 42.000 muertos y Rusia superando los 105.000) y la afectación económica causada por las medidas de seguridad, diferentes en ambos países (según el FMI, Ucrania ha cerrado 2020 con crecimiento negativo del PIB de -4,2 mientras que Rusia lo ha hecho con un -3,1), añaden presión al conflicto, ya de por sí latente.
Vlasenko afirma que “la situación en Rusia parece bastante positiva”,aunque reconoce que no ha sido hasta ahora que “las iglesias han reanudado su trabajo” y lo han hecho “utilizando productos de higiene personal”. En Ucrania, en cambio, Kukharchuk explica que todavía se encuentran en un confinamiento parcial pero que “las iglesias tienen permitido celebrar servicios con limitación de aforo”. “Las iglesias que utilizan locales de alquiler tienen algunas dificultades. En algunas ciudades se les prohíbe el uso de lugares públicos”, señala.
En lo que sí coincide la situación en ambos países es en la cuestión de la vacunación. Aunque según la plataforma ‘Our World in Data’, Rusia ya ha vacunado al 7,21% de su población y Ucrania solo al 1,12%, tanto Vlasenko como Kukharchuk explican que hay diversidad de opiniones entre los evangélicos de ambos países ante la eficacia de las vacunas. “Cada creyente debería tomar una decisión individual. La iglesias no llaman a sus miembros a vacunarse, sino que apelan a que los individuos mediten la cuestión y tomen una decisión”, explica el periodista ucraniano.
En Rusia, la Alianza Evangélica asegura que sí que hay “muchos pastores de iglesias locales que recomiendan a sus miembros vacunarse”, aunque también admiten que “otra parte de los líderes trata la cuestión de las vacunas con cierto temor”.