San Juan 13:13 y 16 Dice:
13 vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
16 De cierto, de cierto os digo: El Siervo no es mayor que su Señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
Tener un Señor y un Maestro no es lo mismo que ser dominado y enseñado.
Tener un Señor y un Maestro; significa que hay alguien que me conoce mejor que yo mismo, que es más íntimo que un amigo, que entiende la más remota profundidad de mi corazón y puede satisfacerla completamente. Alguien que me ha dado la seguridad de que he encontrado y resuelto todas las dudas e incertidumbres y problemas en mi mente, esto es tener un Maestro.
Uno es vuestro Maestro. El Señor nunca me obliga a obedecerlo, no toma medidas para forzarme a hacer su voluntad. En ciertas oportunidades quisiera que Dios me dominara y obligara a hacer lo que Él quiere, pero no lo hace y en otras que me dejara tranquilo, pero tampoco lo hace. Jesús dice: vosotros me llamáis Maestro y Señor, pero realmente lo soy.
Las palabras Maestro y Señor tienen poca cabida en nuestro vocabulario, preferimos los términos Salvador, Santificador y Sanador. Amor es la única palabra que verdaderamente describe la experiencia de ser dominado, pero sabemos muy poco del amor tal y como Dios lo rebela en su palabra, esto es evidente por la manera en como empleamos la palabra obedecer.
En la Biblia la obediencia se fundamenta en una relación de igualdad, como la de un hijo con su padre. Por ejemplo, Jesús no fue solamente el siervo de Dios si no su hijo y aunque era Hijo aprendió lo que es la obediencia.
Ser conscientes de que nos están dominando es una prueba de que no tenemos ningún Maestro y Señor, si esa es nuestra actitud hacia Jesús estamos muy lejos de la relación que Él desea con nosotros. Él nos quiere en una relación en la que fácilmente sea nuestro Maestro y Señor sin que nos demos cuenta, una relación en la que todo lo que sabemos es que somos suyos para obedecerle en todo.
Soy tu amigo, el Pastor Jorge Escobar
Que Dios te bendiga y próspere tu vida