Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Salmo 46:10 (RVR 1960).
He memorizado este texto bíblico por años, repetirlo es tan fácil, pero aplicarlo es otro asunto en la mayoría de las circunstancias adversas lo que más deseamos es estar en movimiento, contrario a lo que Dios desea que hagamos. Describiré algunos sinónimos que nos inducen a conocer profundamente su significado desde una óptica bíblica.
Inmovilidad: Es normal que nuestra naturaleza humana en medio de la adversidad desee estar en actividad, deseamos que Dios nos diga haz esto o aquello para superar esta crisis, pero su palabra revela lo contario, nos indica que descansando y confiando en sus promesas es que verdaderamente veremos la manifestación de su presencia en nuestras vidas.
Inactividad: No es hacer nada por completo se trata de hacer lo que Dios desea que hagamos en momentos de adversidad, quizá el ruido y la actividad de este mundo nos lleva a olvidar lo que verdaderamente debemos hacer: orar, leer y meditar en su palabra solo así podemos experimentar la verdadera quietud.
Calma: Es creer, conocer, depender y confiar plenamente en Dios. La falta de agitación en nuestra vida nos muestra las crisis desde su perspectiva.
Tranquilidad: Mis pensamientos, sentimientos y acciones deben estar en armonía con las promesas de Dios.
Reposo: Aprender a confiar, depender y refugiarnos únicamente en Dios en cada circunstancia de la vida nos llevará a experimentar la verdadera quietud.
Sosiego: No es fácil escuchar la voz de Dios en medio del bullicio de este mundo, pero nuestra mente y corazón deben reposar completamente en Dios.
Paz: Sintonizar mis pensamientos con lo de Dios me llevan a disfrutar de bienestar y seguridad en mi vida, no significa ausencia de dificultades, sino que el temor ya no me controla.
Descanso: Alabar y adorar a Dios en medio de la adversidad, es declarar su soberanía en medio de cada situación, donde mis emociones ya no se agitan, sino que reposan en su presencia.
Oasis: Cuando realmente aprendemos a estar en quietud delante de Dios podemos ser un ancla de esperanza en la vida de otras personas que están atravesando tiempos de sequedad, esterilidad y muerte a su alrededor.
Estar quietos no es estar de brazos cruzados, simplemente nos habla de refugiarnos en Dios, buscarle con todo nuestro ser, amarle con sinceridad, clamar no solo por nosotros sino por aquellos que no pueden o han olvidado hacerlo.
Nancy Flores
