No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2
Es tan importante conocer estas dos diferencias para caminar conforme a lo que Dios quiere realmente para sus hijos.
• La voluntad perfecta de Dios es lo que Dios quiere para nosotros. Es su deseo, su anhelo, son sus sueños para nosotros. La voluntad perfecta de Dios es lo mejor que nos puede pasar.
• En cambio, la voluntad permisiva de Dios es lo que Dios permite a pesar de lo que quiere. La voluntad permisiva es aquella que hacemos nosotros. Esta es el área en que estás tratando de ayudar a Dios en vez de esperar las bendiciones que Él ha prometido manifestar en tu vida
Si quieres ir un poco más allá en este análisis observa lo que platicó Dios con Moisés y Aarón en el capítulo 20 de Números. El pueblo de Israel demandaba agua ya que morían de sed en el desierto. Dios le dijo a Moisés (en presencia de Aarón) que tomara la vara, reuniera al pueblo junto con su hermano, luego que le hablara a la peña ya que de ella brotaría el agua. Al momento de los hechos, justo cuando Moisés había seguido al pie de la letra las órdenes de Dios, sucede un pequeño y hasta imperceptible detalle: Moisés NO le habló a la peña, más bien la golpeó dos veces con su vara para que brotara de ella mucha agua, suficiente para saciar la sed del pueblo y de sus bestias.
Al parecer Moisés y Aarón lo hicieron a su manera, se salieron con la suya, lo hicieron a su método y el resultado fue “positivo”, brotó agua de la roca y todos bebieron. Sin embargo, Dios se dio cuenta de ese pequeño detalle, y les dijo a ambos que por ese hecho nadie de esa congregación entraría a la tierra que Él les había dado. ¡Te imaginas las consecuencias de no hacer la voluntad de Dios!
Hacer la voluntad permisiva y sentirse a gusto, es como escuchar la mar a través de un caracol y asegurar que es el verdadero mar. Vamos busca a Dios en verdad, de corazón, no de diente a labio, no a tu manera. Recuerda solo existe una manera, a la manera de Dios.